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CAMBIOS SOCIALES QUE DAN FORMA A NUESTRO FUTURO

En un mundo cambiante, los estándares deben mantenerse si se quiere seguir satisfaciendo las necesidades de la sociedad y respaldar un futuro más sostenible.


Si bien la velocidad a la que evoluciona nuestro mundo quizás no sea tan rápida como podríamos pensar, vivimos en un lugar que se ve algo diferente al de hace unos años. Somos más numerosos, más globales y tenemos que tomar decisiones de compra más complejas. Esperamos tener empresas que actúen con responsabilidad, líderes honestos y un planeta más verde. Queremos tener más control sobre nuestros destinos, pero no a costa de regalar nuestra privacidad.

Tampoco nos estamos volviendo más jóvenes. Para 2050, se espera que el número de personas de 65 años o más se duplique a 1,500 millones y aumente al 16 % de la población. Esto alterará drásticamente la forma en que funcionan las sociedades y las economías impactarán el equilibrio de la fuerza laboral. La forma en que los adultos mayores se realizan, a qué edad se jubilan y su calidad de vida una vez que lo hacen son consideraciones relativamente nuevas, pero importantes.


El envejecimiento de la población es un problema real y creciente para muchos gobiernos y proveedores comunitarios porque imponen mayores demandas en áreas como la atención médica, la seguridad social, la accesibilidad y la seguridad. Mientras tanto, la generación más joven es consciente de que algún día tendrá que cargar con el peso del mundo y por lo tanto, está presionando por uno mejor. Uno en el que los gobiernos pongan a las personas por delante de las ganancias y nuestros estilos de vida sean sostenibles.


VIDA EN LA GRAN CIUDAD

Al mismo tiempo, nos movemos constantemente, principalmente hacia áreas urbanas más grandes. Dado que el número de habitantes de las ciudades se disparó de 751 millones de personas en 1950 a 4,200 millones en 2018, y se espera que alcance los 6,700 millones en 2050, satisfacer las necesidades de las ciudades ahora y anticipar las del futuro es un desafío continuo.


Las ciudades deben planificar con anticipación para brindar los recursos y servicios necesarios para que sus poblaciones sobrevivan y prosperen. El transporte público, las instalaciones, el suministro de agua, el saneamiento, la energía, los alimentos y la seguridad son solo algunos de los puntos de presión que seguirán siendo desafiados por la creciente urbanización.


EL CONSUMIDOR CAMBIANTE

También estamos comprando más y de manera diferente. El comportamiento del consumidor ha evolucionado dramáticamente en los últimos años, impulsado por una mayor elección tanto de productos para comprar como de formas de adquirirlos. Las cadenas de suministro increíblemente complejas han dado lugar a preocupaciones de los consumidores sobre a dónde va su dinero y qué obtienen a cambio. La transparencia, la trazabilidad, el servicio personalizado y las experiencias conectadas son solo algunas de las expectativas y es mucho más probable que los compradores cambien de marca, ya sea para encontrar una mejor oferta o para estar más alineados con sus valores.


Los consumidores son socios fundamentales que ayudan a generar un impacto sostenible en nuestras cadenas de suministro. Sadie Dainton, presidenta del Comité de ISO sobre política del consumidor (COPOLCO), dice que los consumidores son cada vez más conscientes de que sus decisiones de compra y estilos de vida individuales tienen un impacto global colectivo y han acelerado la necesidad de herramientas para poder tomar decisiones informadas, como una sola acción, entre muchos, para efectuar el cambio.


El papel de las normas para respaldar esto nunca ha sido más evidente. “La explosión del uso de las redes sociales, las plataformas para compartir y las reseñas en línea ha facilitado esta tendencia y ha generado nuevas ideas para propuestas de normas junto con la promoción del consumidor sostenible”, explica. La necesidad de conocer a sus clientes sigue siendo tan cierta hoy como siempre y con su comportamiento cambiando rápidamente, los estándares deben adelantarse a la curva.


NUEVAS EXPECTATIVAS, NUEVOS ESTÁNDARES

La creación de un nuevo comité técnico de ISO para tratar los estándares para la economía colaborativa es un ejemplo de esto. Uno de los sectores económicos de más rápido crecimiento en la actualidad, la economía colaborativa está transformando el viaje tradicional del consumidor. Con miles de plataformas diferentes dedicadas a la causa, este enfoque colaborativo surge, al menos en parte, del deseo de crear comunidades y reducir el consumo excesivo. Esto está empoderando a los consumidores más que nunca y poniéndolos a cargo de cómo buscan, compran, experimentan y evalúan productos, y cubre todo, desde automóviles y ropa hasta casas y hoteles. Pero si bien es una gran noticia para los consumidores, no se presenta sin ciertos desafíos, como problemas de privacidad, confiabilidad, confianza, condiciones de trabajo y más.


El nuevo Comité ISO/TC 324 de Economía compartida, se formó para resolver estos problemas y permitir que la industria alcance todo su potencial de valor agregado. El presidente del comité, el Dr. Masaaki Mochimaru, cree que las normas pueden acentuar los aspectos positivos de la economía colaborativa al tiempo que reducen los riesgos y los problemas.


Fuente: ISO, CAMBIOS SOCIALES QUE DAN FORMA A NUESTRO FUTURO, febrero 2022.

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